
Yo como no soy pendeja, en vez de quedarme viendo la primavera desde la ventana, como aquel arbol de oliva, sali a dar una vuelta... y por una de esas casualidades me tope con uno de esos lugares fantasticos que solo encuentras por coinciencia cuando vas de buen humor. Cervecita belga (blonde) -nada de catira regional o algo por el estilo- , alquiler de botes y canoas y un lago espectacular, que nada tiene que envidiarle a los riachuelos que desembocan en el orinoco. Y en lugar de pirañas: cisnes, frambuesas, lirios de agua y un catire al volante! La verdad es que cuando sale el sol se la pasa uno muy bien por aqui!